Luz, se podría decir que Demófilo comenzó cuando se enamoró de la luz. No un amor romántico de los que salen en las novelas, sino más bien un amor de los que perduran en el tiempo, de esos que te erizan la piel en ocasiones y te hacen sentir la más ardua de las desesperaciones en otras.

Para mi la fotografía consiste en eso, en cómo los cuerpos se relacionan con la luz, en como incide en ellos dando como resultado escenas mágicas que intentaremos captar para así compartirlas y hacerlas nuestras.

¿Cómo sabes que te has enamorado de la luz? Cuando ves toda tu vida a través de imágenes iluminadas y tu única obsesión es poder captarlas a tiempo. En cada lugar donde te encuentres y en cada instante donde te halles no dejas de perseguirla. Se podría decir, que la luz nos ha convertido en coleccionistas de momentos que no puedes parar de amontonar.

Así pues os preguntareis, ¿qué puede ofreceros Demófilo?. El recuerdo congelado en el tiempo, historias, momentos o simplemente cómo se fue en una época a través de un retrato. Pero claro está, vista desde la perspectiva de un amante de la luz que trabaja con esfuerzo, con mimo y con mucha pasión.